Psicólogo en Sevilla – Federico Casado Reina

¿Qué es el Trastorno Narcisista de la Personalidad?

Las personas que padecen el Trastorno Narcisista de la Personalidad suelen mostrarse como individuos con una férrea autoestima. Esta alta confianza en sí mismos no les convierte en mejores personas, puesto que en el ámbito de las relaciones interpersonales, tienen carencias importantes.

Solo aprueban a terceras personas cuando éstas giran alrededor de su órbita, cuando les refuerzan positivamente a base de halagos y ratifican así su autopercepción y sus aires de grandeza. Desgraciadamente, es común que algunos familiares y amigos de las personas narcisistas cumplan este rol de “admiradores” incondicionales, sorprendidos por el halo de confianza que desprende el narcisista.

Por supuesto, el narcisismo no está directamente vinculado con la posición socioeconómica acomodada de una persona, sino con la autopercepción del individuo (esto es, la percepción de su valía, independientemente de su posición social o económica). La verdadera esencia del Trastorno Narcisista de la Personalidad radica ahí: la persona narcisista está absolutamente convencida de que uno mismo es superior a las demás personas. El narcisista se compara sistemáticamente con las personas que le rodean, y no ve a nadie por encima de él, pero sí coloca a muchos (o incluso a todos) por debajo.

En términos más técnicos, el narcisismo se caracteriza por ser un patrón general de grandiosidad, escasa empatía en las relaciones personales, y necesidad de ser admirados por los demás.

Las personas que sufren algún grado de Trastorno Narcisista de la Personalidad exportan su manera de ser autosuficiente y los aires de grandiosidad más allá del entorno familiar. Habitualmente son individuos que se desarrollan en la vida y sacan partido de su manera de pensar sobre sí mismas.

Los narcisistas son personas que no aparecen demasiado por las consultas pero sí están bastante presentes en la vida pública, sobre todo en los medios de comunicación. Todos podremos pensar en artistas, cantantes, actores, intelectuales o presentadores de televisión, por ejemplo, a los que se les ha subido el ego en exceso. Una cosa es pensar que alguien despunta en algo concreto (por ejemplo, un deportista de élite, un cantante o un actor que gana un premio internacional como los Grammy o los Oscars de Hollywood…) y otra muy diferente es deducir de este hecho que la persona ya es más importante que otras. Por ello el narcisista está plenamente convencido de que es más válido y superior que otras personas, incluso de la mayoría o de la totalidad, y no ve a nadie por encima de sí mismo, aunque sin embargo ve a muchísimos por debajo y no solo en el terreno en el que despunte, sino como persona en general.

El narcisista necesita considerarse siempre en un plano superior a otras personas, bien porque no soporta algún rasgo de estos allegados, o bien porque se ha desvinculado de su antiguo contacto con ellas. A causa de esta desvinculación afectiva hacia los demás, las personas con Trastorno Narcisista de Personalidad carecen de un interés auténtico por los demás, que podemos resumir por su escasa empatía. No se muestran muy preocupados por lo que pueda sucederles a personas de su entorno, sino que focalizan toda su atención en sí mismos.

Son individuos con una autoestima muy consolidada, muy sólida, en contra de lo que vulgarmente se dice. Esto no les hace mejores personas, porque a nivel interpersonal su funcionamiento es deficiente. La cuestión es que el narcisista precisa considerarse en un plano superior a los otros porque no los soporta y se ha desvinculado afectivamente de ellos.

Los narcisistas, por esta desvinculación afectiva, carecen de interés genuino por los demás, les falta empatía. Les importa bastante poco lo que les ocurra a las personas de su entorno aunque sean conocidas; sólo están preocupados por sí mismos. Los demás sirven únicamente para girar en torno a ellos, para alabarles y ratificar su grandiosidad. Por desgracia, siempre existen individuos que se dejan llevar y que cumplen a la perfección su función de «fans» incondicionales, riendo las gracias del narcisista y viendo excelencias donde sólo hay normalidad.

Estas personas no se contentan con su visión autosuficiente y superior de sí mismas, sino que se desenvuelven en la vida teniendo muy claras las implicaciones de su sentimiento de importancia especial. Por ejemplo, unTrastorno narcisista de la personalidad narcisista no se encontrará cómodo en un medio público de transporte o utilizando la sanidad pública, porque pensará que merece siempre lo mejor (ya que es un individuo de un nivel superior a los demás). Tendrá zapatos, relojes o coches de marca, de los más caros que haya, porque son los apropiados para alguien de su estatus. Su parlamento merecerá atención especial, ya que lo que dice, a veces de manera pomposa y pedante, es poco menos que elevado y de un interés tremendo. Hablará una y otra vez de sí mismo, de sus circunstancias, de su vida y su visión de las cosas, como si fuera lo único interesante en el mundo y como si los demás estuviéramos ávidos de conocer las interioridades de su persona, sin que nos importe ninguna otra cosa más.

Normalmente suelen ser individuos muy resentidos y que adoptan una actitud vengativa hacia los demás, gustándoles sobremanera hacer sentirse mal a los otros, para así ellos alimentar su ego y su superioridad. Si piensan que alguien puede competir con ellos o hacerles sombra, experimentarán inquietud e intentarán por todos los medios minusvalorar a esa persona.

El discurso del narcisista tiende a ser autorreferencial. La persona narcisista espera que sus palabras reciban una atención superior; no es raro que sean petulantes hablando sobre sí mismos, sobre su vida, su opinión (indiscutible) sobre las cosas, exigiendo atención plena a todo lo que dice.

Aunque estamos acostumbrados a ver personas de perfil narcisista en la televisión o en el cine y podemos incluso considerarlos graciosos y excéntricos, lo cierto es que el trato personal rutinario con una persona con Trastorno Narcisista de la Personalidad puede resultar irritante. Suelen disfrutar haciendo sentir mal a otras personas, de este modo engrosan su ego y su sentimiento de superioridad.

Estas personas creen que los demás deberían anticipar cualquiera de sus necesidades, y su egocentrismo les hace indiferentes a los derechos y bienestar del prójimo, al cual, no ven como una persona independiente y única, si no con un valor que solo se relaciona con la utilidad que esa persona ofrezca para satisfacer sus propias necesidades.

Características del Narcisismo

Según el DSM IV (sistema de clasificación diagnóstico) las personas con Trastorno Narcisista de la Personalidad deben cumplir los siguientes criterios:

a) Un patrón generalizado de grandiosidad, (en la imaginación o en el comportamiento) necesidad de admiración y falta de empatía.

b) Explotación interpersonal.

c) Sentimiento grandioso de la propia importancia.

d) Sentimiento de ser especial y único y poder ser entendido y estar asociado sólo con personas especiales y de alto estatus.

e) Preocupación por fantasías de éxito, poder, belleza o amor ideal ilimitados.

f) Sentimiento de categoría.

g) Petición de admiración excesiva.

h) A menudo envidia a los otros o cree que los otros le envidian.

i) Arrogancia y conductas altaneras.

Algunos autores añaden como característica de la personalidad narcisista, la experimentación de sentimientos crónicos de aburrimiento, hastío e inquietud cuando no consiguen brillar ni ser admirados, que podría suponer la antesala de la sensación de vacío interno y la inquietante incertidumbre acerca de su identidad personal.

Estos pacientes enfrentan la desilusión de una forma muy dramática debido a que sus expectativas están infladas de forma todo-nada y a que su capacidad de equilibrar sus sentimientos y calmarse es deficiente, por lo que frecuentemente se protegen mediante el despliegue de varios mecanismos de defensa.

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