El trastorno bipolar, también conocido como trastorno maníaco depresivo, es una enfermedad mental que se caracteriza por la alternancia de fases depresivas y de euforia (manía), y que tiene tendencia a volverse crónica. Cuando un paciente pasa de un trastorno a otro, se dice que vira, y los episodios también pueden precipitarse por medicación, cambios climatológicos, alteraciones sociales, etc.
La tristeza y la alegría se consideran reacciones normales en las personas ante determinadas situaciones de la vida. En el primer caso es natural sentirse afligido ante una pérdida o privación (muerte o separación de un ser querido, despido laboral, enfermedad, desengaño…); al igual que los éxitos, los deseos cumplidos y cualquier acontecimiento agradable, nos provocan alegría. Sin embargo, cuando los trastornos afectivos resultan excesivos, o se prolongan demasiado en el tiempo, pueden llegar a ser patológicos y requerir atención en salud mental.
El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres, a diferencia de la depresión que es más frecuente en mujeres. Lo más frecuente es que la enfermedad se manifieste por primera vez entre los 10 y los 24 años, y se ha observado una mayor incidencia de trastornos afectivos entre las personas separadas y divorciadas, así como en aquellos que poseen un mayor nivel socioeconómico.
El trastorno bipolar puede ser hereditario, aunque no se ha identificado el defecto genético que podría causarlo. Se desconocen las causas de los trastornos afectivos, aunque se cree que son el resultado de un conjunto de factores neurobiológicos y psicosociales. El trastorno bipolar es el trastorno psiquiátrico que tiene mayor asociación familiar; así, hasta el 50% de los pacientes bipolares puede tener un familiar de primer grado con un trastorno psiquiátrico grave.
Cada individuo presenta su particular manifestación de la enfermedad: algunas personas se caracterizan por presentar períodos de manía de baja intensidad (denominados «hipomanías») mientras que otros las sufren con extrema violencia. Otros pueden experimentar estados de ánimo depresivos durante períodos cortos de tiempo, mientras que otros se sumen en largos períodos de abatimiento. Incluso en algunas ocasiones,determinadas personas pueden experimentar experiencias de carácter psicótico, como delirios o alucinaciones.
Durante las fases maníacas en el trastorno bipolar el paciente experimenta sentimientos de euforia excesivos y desproporcionados, y su actividad física también es exagerada. La manía es menos frecuente que la depresión y suele pasar más desapercibida, ya que las personas que sufren episodios de manía no siempre los consideran un problema mental y a menudo no los consultan con el médico, sobre todo si la manía se manifiesta sin que se haya producido un episodio depresivo previo.
En los episodios depresivos típicos, por lo general, el enfermo que las padece sufre un estado de ánimo entristecido y desesperanzado,una sensación de inadecuación y aislamiento profundo junto a una pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas, una disminución de su vitalidad y de la energía que provoca una reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado, que aparece incluso tras un esfuerzo mínimo.
A continuación se presentan algunos de los síntomas más característicos de esta fase depresiva:
- Intensos sentimientos de tristeza y abatimiento.
- Autopercepción de inutilidad y poca valía.
- Pérdida de interés por las actividades preferidas por la persona.
- Incapacidad de experimentar sensaciones/emociones positivas.
- Disminución de la líbido/deseo sexual.
- Cambios significativos en los patrones de sueño.
- Dolor u otras sensaciones corporales negativas no atribuibles a algún trastorno físico.
- Dificultad a la hora de tomar de decisiones.
- Sensaciones de cansancio y agotamiento físico.
- Perspectiva sombría del futuro.
- Ideación suicida recurrente y/o intentos de suicido.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la APA (American Psychological Association) define la manía como un periodo de al menos de 1 semana caracterizado por un estado de ánimo que no es el habitual en la persona y en el que se muestra excesivamente animado y motivado a hacer tareas, y también pueden aparecer síntomas de irritabilidad. Los síntomas típicos de esta fase son los siguientes:
- Una autoestima exagerada y sentimientos de grandiosidad o de que se es superior al resto.
- Disminución de la necesidad de dormir.
- Se muestran más habladores de lo habitual o verborréicos.
- Sensación de que la mente discurre de forma muy rápida y los pensamientos se suceden de forma acelerada.
- Distraibilidad, es decir, la persona muestra dificultades para mantener su atención.
- Aumento de la realización de actividades dirigidas a una meta, ya sean de tipo social (como hablar con gente), en el trabajo o los estudios (dedicando más tiempo a estas tareas) o en las relaciones afectivo-sexuales.
- Aumento en la realización de actividades que son placenteras a corto plazo, pero que implican altos riesgos económicos o contra la integridad física o moral de la persona (realizar compras compulsivas, inversiones alocadas, búsqueda desesperada de sexo…).
El trastorno maníaco depresivo suele comenzar con un episodio de depresión, que se alternará con periodos de manía a lo largo de la enfermedad. La intensidad y alternancia de las fases de depresión y manía dependerá del tipo de trastorno bipolar que sufra el paciente. El diagnóstico de esta enfermedad se basa en los síntomas que caracterizan a los periodos, tanto depresivos, como maníacos, que deben ser determinados por el profesional de la salud mental para prescribir el tratamiento correcto en cada fase, aunque muchos pacientes manifiestan a la vez síntomas maníacos y depresivos, que es lo que se conoce como estado bipolar mixto.
Es importante destacar que en algunas ocasiones los episodios depresivos o maníacos pueden ir acompañados por síntomas de carácter psicótico como alucinaciones (escuchar, ver o ‘percibir’ la presencia de determinados estímulos que no se hallan presentes), ideas delirantes, falsas creencias personales no susceptibles a la razón o a evidencia contradictoria y que no se derivan de condicionantes culturales.
Quizás los episodios más incapacitantes, desconcertantes e incómodos para el individuo son aquellos que involucran síntomas característicos de la depresión y del episodio maníaco y que se pueden presentar durante el mismo día, a los que se les llama «episodios mixtos»: el paciente se encuentra excitado y ansioso pero al mismo tiempo también se siente irritable y deprimido en lugar de sentirse ‘en la cima del mundo’.
Clasificación del Trastorno Bipolar
El Trastorno bipolar podría clasificarse en:
- Trastorno bipolar I: para diagnosticarlo la persona tiene que haber presentado episodios maníaco-depresivos, o maníacos puros. Es la forma más grave de la enfermedad
- Trastorno bipolar II: el paciente sufre episodios depresivos mayores de corta duración, que alternan con episodios hipomaníacos.
- Trastorno ciclotímico: Es una forma leve de la enfermedad maníaco depresiva, en la que los síntomas depresivos y los síntomas maníacos tienen una intensidad leve-moderada y suelen durar unos pocos días, aunque se repiten con frecuencia a intervalos regulares.
Este trastorno requiere tratamiento psicofarmacológico y atención de base con seguimientos regulares; el Trastorno Bipolar es una psicopatología grave y debido a su gravedad, esta patología raramente puede tratarse sin medicación, pues es necesario estabilizar el estado de ánimo del paciente. El tratamiento suele caracterizarse por la administración de Litio, aunque pueden emplearse otros fármacos para el tratamiento como el valproato, la carbamazepina o la olanzapina. El diagnóstico temprano y acertado junto con la elección y aplicación del tratamiento psicoterapéutico y farmacólogico más adecuado son la única medida viable y con ciertas garantías de éxito para evitar algunas de las posibles secuelas que arrastra esta enfermedad.
No obstante, el psicólogo juega también un papel muy importante en este tipo de trastorno, orientando y dando información, técnicas y habilidades tanto al paciente, como a sus familiares, fomentando la adherencia al tratamiento mediante diferentes técnicas motivacionales. El psicoterapeuta también aborda otros problemas asociados al trastorno, como problemas de autoestima, gestión del tiempo, resolución de problemas, identificación de síntomas prodrómicos (es decir, de síntomas que habitualmente alerta acerca de la inminencia de la ocurrencia de una crisis maníaca), entre otros.
Es importante destacar que mas del 50% de los pacientes con trastorno bipolar abusan del alcohol u otro tipo de sustancias durante su enfermedad.
Rocío Martín
Magnífico y esclarecedor artículo.Gracias por hacer que comprendamos actitudes, que a veces hacen que el desconcierto nos impidan ver una Patología y que por desconocimiento la confundamos con caracteres cambiantes.
Federico Casado Reina
Gracias a ti por seguir el blog, Rocío. Estoy encantado de poder aportar una mejor visión a la psicología.
Antonio rabanal
Grave enfermedad que la han padecido algunas personas de exito.
Federico Casado Reina
En efecto, Antonio. Gracias por seguir mi blog.
Afredo
Gracias por el articulo Federico, cada día se sabe más sobre la patología, suscribo cada una de tus palabras. Saludos
Federico Casado Reina
Muchas gracias, Alfredo. Un saludo.
Maria
Muchas gracias por la informacion , Ha sido una explicacion excelente y muy entendible. me gustaria saber si podrias contestarme a una pregunta por favor.
Puede una persona que ha bebido alcohol por largo tiempo tener trastornos Bipolar?? Yo no vivo en Espana.
Federico Casado Reina
Hola María,
Las drogas -el alcohol entre ellas- tienen sustancias psicoactivas, que pueden influir muy negativamente en todo tipo de trastornos mentales, incluido el trastorno bipolar. Aunque el trastorno bipolar en concreto, es de origen genético.
Un saludo.
Leonel
Tengo este problema y que se ha acentuado por una separación con mi esposa, algunas veces veo todo negro y me entra una gran depresión, casi todas las cosas, lugares las veo como que ven en mi a un extraño, estoy viviendo en la misma ciudad pero en otro lugar con una persona amiga de mi esposa y mía, pero no me puedo acostumbrar, también he cometido el error para evadirme consumir alcohol y cigarrillos (no drogas). No sé a quién tengo que recurrir a un psicólogo o psiquiatra, agradecería que me pudiera orientar.
Federico Casado Reina
Hola Leonel,
Te aconsejaría que acudieras a un profesional de la salud mental (aunque creo que ya lo habrás hecho si dices que tienes ese problema). Aunque pueda parecer que padezcas este tipo de trastorno, es imprescindible que se diagnostique correctamente y en el caso de que sea un trastorno bipolar, es necesario un abordaje psiquiátrico/psicológico, ya que normalmente se prescriben psicofármacos además de psicoterapia. Por supuesto, el abuso de sustancias (alcohol y cigarrillos, en tu caso) no favorecen en absoluto el problema (aunque como digo en el artículo, suele ser un patrón habitual en esta patología).
Un saludo y gracias por leer el blog.