El autoconcepto es la percepción que tienes de ti mismo y de tus propias habilidades. Cuando, por ejemplo, nos piden que nos describamos a nosotros mismos en una página, lo que escribimos son todas las creencias que tenemos sobre nosotros como persona. La manera en que nos vemos a nosotros mismos y a nuestras habilidades es lo que podríamos llamar el «autoconcepto». Ejemplos del auto-concepto podrían ser: «Soy una persona sociable», «Puedo resolver cualquier problema», «Estoy gorda», «Soy poco atractivo», «Soy torpe», «Soy incontrolable», etc.
¿Cómo afecta el autoconcepto a tu vida?
Lo más peligroso de tener un auto-concepto distorsionado es que de manera subconsciente siempre trabajamos para demostrar que este auto-concepto es cierto. Por ejemplo, si nos consideramos una persona poco atractiva, entonces no nos motivaremos para hacer cualquier cosa con la que lleguemos a ser atractivos; este auto-concepto podría impedir impedir que tratemos de seguir una dieta saludable o que compremos ropa atractiva.
De esta manera, tratar de ser atractivo sin cambiar tu auto-concepto nunca funcionará, ya que siempre sentirás que hay algo artificial en tu comportamiento. Si quieres cambiar algo de ti mismo, entonces es importante que sepas que
tienes que empezar por cambiar tu auto-concepto psicológico.
Si nuestro auto-concepto establece que somos torpes, entonces siempre vamos a actuar de acuerdo con esta creencia, incluso si hubiéramos intentado todo lo posible para ocultar esa faceta; mientras más intenemos hacer algo que no coincide con nuestro concepto de nosotros mismos, más encontraremos que nuestros intentos son inútiles.
El vendedor que cree que es un fracasado debido a su concepto de sí mismo siempre fallará en vender cualquier cosa. El tipo que cree que no sirve para nada debido a su concepto de sí mismo, siempre actuará de una manera insegura aunque se haya esforzado. El atleta cuyo concepto de sí mismo establece que no tiene la capacidad de ganar la medalla de oro nunca lo conseguirá.
Para resumir todo esto, es casi imposible desafiar tu auto-concepto psicológico y es por eso que debes tratar de cambiarlo en vez de desafiarlo.
Supongamos que el auto-concepto de alguien le hace creer que es persistente ¿Cómo crees que esto afectará su comportamiento? Esta persona seguirá tratando de alcanzar sus metas, incluso si ha fallado cientos de veces; por otro lado, si su auto-concepto le hizo creer que es una víctima, entonces se habría dado por vencido después del primer intento. Si tu auto-concepto te hizo creer que eres una persona auto-motivada, entonces siempre te sentirás motivado.
Cuando cambias tu concepto de ti mismo, subconscientemente cambiaremos todo para que exista coherencia, con el fin de cumplir con ese auto-concepto.
Algunas personas no logran recuperarse de rupturas rápidamente sólo porque tienen el auto-concepto de estar rotos o de no ser resilientes; al seguir comportamientos repetitivos que refuerzan el auto-concepto de estar roto puede impedir que te recuperes rápidamente.
Pero ¿Se puede cambiar el autoconcepto?
Por supuesto: nuestro autoconcepto se ha formado como resultado de las diferentes creencias que hemos formado con la experiencia sobre nosotros mismos a lo largo de nuestra vida. No se nace con él y por eso se puede cambiar.
Nuestro diálogo interior es lo que forma nuestras creencias, y nuestras creencias son los pilares que sostienen el concepto que tenemos de nosotros mismos. Así que para cambiar el autoconcepto, primero deberíamos cuestionar todas las creencias que tenemos sobre nosotros mismos. Tras eso, debemos descartar las falsas creencias y posteriormente, ajustar nuestro diálogo interior para no formar más creencias equivocadas. Es fundamental que para cambiar algo de nosotros mismos, tenemos que empezar cambiando nuestro autoconcepto.
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