Él término de la esquizofrenia fue introducido por el psiquiatra suizo Eugen Bleuler en 1911. pero este trastorno ya fue identificado por el psiquiatra alemán Emil Kraepelin en 1896 bajo el nombre de «demencia precoz», queriendo significar que las personas afectadas, necesariamente sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales, similar es a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso se daría en una edad juvenil.
El deterioro de la función mental en estos enfermos ha alcanzado un grado tal que interfiere marcadamente con su capacidad para afrontar algunas de las demandas ordinarias de la vida o mantener un adecuado contacto con la realidad. El psicótico no vive en este mundo (disociación entre la realidad y su mundo), ya que existe una negación de la realidad de forma inconsciente. No es consciente de su enfermedad.
La prevalencia de esta enfermedad se sitúa entre el 0’3% y el 3’7%. Se ha observado una cierta prevalencia hereditaria, si uno de los padres padre padece esquizofrenia el hijo tiene un 12% de posibilidades de desarrollar dicho trastorno y si ambos son esquizofrénicos el niño tiene un 39% de probabilidades. Un niño con padres sanos tiene un 1% de posibilidades de padecer este trastorno, mientras que un niño con un hermano con este desorden tiene un 8% de probabilidades. Por tanto las causas de la esquizofrenia son tanto bioquímicas como ambientales.
La esquizofrenia se puede presentar principalmente asociada a los Trastornos Relacionados Sustancias. Del 30 al 40 % de los esquizofrénicos presenta problemas de abuso de alcohol; el 15-25 % problemas con el cannabis; del 5 al 10 % abusa o depende de la cocaína. También se incluye el abuso de nicotina, muy frecuente en estos pacientes. Las drogas y el alcohol permiten reducir los niveles de ansiedad y la depresión provocados por la esquizofrenia.
Quien sufre de esquizofrenia experimenta una distorsión de los pensamientos y sentimientos, afectando a la persona de forma total y comenzando a sentir pensar y hablar de forma totalmente diferente a como lo hacía antes. Además comenzará un aislamiento progresivo del resto del mundo, y sufrirá una ruptura en su ritmo vital (alteraciones del sueño, etc.). Es muy importante no olvidar que la persona que tiene una esquizofrenia no puede explicar lo que le está sucediendo, tiene miedo de hacerlo o de creer que está enfermo y por lo tanto no pedirá ayuda ni se quejará en la mayoría de los casos de lo que le sucede. Por todo esto la mayor parte de ellos y sobre todo al comienzo de la enfermedad no aceptan tomar medicación ni acudir al especialista.
Dicha enfermedad se suele originar al final de la adolescencia o principio de la edad adulta. Puede desarrollarse en cualquier persona, sin importar su sexo, condición cultural o social y económica. Esta enfermedad tiene dos tipos de inicio: brusco, es decir, con una crisis aguda generalmente muy llamativa; o bien lento, con un deterioro o aparición progresiva de dificultades.
La esquizofrenia afecta al cerebro, es decir, a las neuronas que lo forman y que se transmiten información entre ellas mediante los neurotransmisores. Durante una crisis esquizofrénica, la persona experimenta una alteración en su sensopercepción (oído, olfato), en su pensamiento o en su afectividad. Todo esto debido a un exceso de sensibilidad en el receptor de uno de estos neurotransmisores llamado dopamina. Se produce un exceso de éste en el circuito de la corriente nerviosa del cerebro. Pero no es esta alteración orgánica la única causante de la enfermedad, si no que existe también un aspecto de estrés ambiental.
Los síntomas de esta enfermedad se dividen en dos grupos: positivos, como las alucinaciones, los delirios, la conducta extravagante, el desorden formal del pensamiento, la alteración de la afectividad y la agresividad; dentro de los síntomas negativos se encuentran la inexpresividad corporal, la pobreza del habla, el descuido personal, el aislamiento social y la falta de contacto social.
Las posibles causas de la esquizofrenia son de tres tipos:
- Biológicas: aquí podríamos destacar las genéticas (basadas en que la principal causa es el factor hereditario), las neurológicas (basadas en que posibles lesiones en el cerebro podrían causar esta enfermedad) y las bioquímicas (se basan en que hay unas sustancias que propician desarrollar la esquizofrenia, estas sustancias son las anfetaminas o el LSD (provocan disfunciones de Dopamina y Noradrenalina).
- Psicológicas: se destacan unas posibles maneras de ser o actuar que propician la aparición de la esquizofrenia, éstas son: la manera de procesar la información, los rasgos de personalidad, la reducida capacidad para las relaciones personales cercanas, etc.
- Sociológicas: se basan en que hay unos determinados eventos en la vida que resultan estresantes para el individuo, o también que hay una emoción expresada de algún miembro de la familia hacia sus acciones, es decir, critica todo lo que el enfermo hace.
El abordaje en el tratamiento de la esquizofrenia se realiza desde dos frentes; en el tratamiento es farmacológico, los medicamentos antipsicóticos utilizados son los neurolépticos y aunque son muy efectivos en el tratamiento de la esquizofrenia, poseen importantes efectos secundarios. En el tratamiento psicológico, frecuentemente se interna al paciente para estabilizar la medicación, evitar que se lastime o que dañe a otros, protegerlo de las ideas suicidas u homicidas, para proveerle cuidados básicos, alimento, higiene, reducir el nivel de estrés y ayudarlo a estructurar sus actividades diarias. La duración dependerá de la gravedad del padecimiento y de la disponibilidad de recursos para el tratamiento ambulatorio. En un primer momento la psicoterapia individual es contraindicada, no así la terapia grupal o familiar que suelen ser muy beneficiosa. Las intervenciones psicosociales refuerzan la capacidad de la persona para enfrentarse al estrés o adaptarse a los efectos de la enfermedad.
La psicoterapia grupal es muy útil para el entrenamiento en habilidades sociales. Permiten la rehabilitación social y laboral del paciente, que aprende a relacionarse con los demás y a manejarse en la vida cotidiana después de contraída la enfermedad. Lo importante es que puedan tener un comportamiento adecuado dentro del hogar así como una mejor vida social.
Tipos de Esquizofrenia
Según la clasificación del DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría) se diferencian varios tipos de esquizofrenia:
- Esquizofrenia paranoide: se caracteriza por el predominio de ideas delirantes y alucinaciones, sobre todo auditivas. Los delirios y las alucinaciones a veces constituyen una unidad. Es la más frecuente, suele iniciarse entre los 20 y 30 años y es la que mejor evoluciona a pesar de la aparatosidad del cuadro.
- Esquizofrenia catatónica: predomina el trastorno del movimiento o movimientos motores. Los expertos hablan de «estupor catatónico». A pesar de tener la conciencia despierta, el enfermo no reacciona a los intentos de entrar en contacto con él. Su rostro permanece inmóvil e inexpresivo, no se percibe ningún movimiento interior e incluso fuertes estímulos de dolor pueden no provocar reacción alguna. En los casos más graves pueden llegar a no hablar, ni comer, ni beber durante periodos lo suficientemente largos como para que peligre su vida. Sin embargo en el interior del enfermo puede haber verdaderas tormentas de sentimientos, que a menudo solo se manifiestan en una aceleración del pulso. También se dan repetición constantes del mismo movimiento (automatismos) y muecas. Los cuadros de extrema gravedad, en los que el enfermo por ejemplo se mantiene sobre una pierna durante unas semanas, solo se observa muy raras veces gracias a las posibilidades actuales del tratamiento. Sólo ocurren cuando nadie se ocupa del enfermo o cuando el tratamiento no es eficaz. El pronóstico para este tipo de esquizofrenia suele ser malo.
- Esquizofrenia desorganizada o hebefrénica: predomina un afecto absurdo, no apropiado (se suelen reír cuando se les da una mala noticia, las conductas suelen ser infantiles, el estado de humor es absurdo, existe desinhibición en los sentimientos. Suelen tener comportamientos extraños, como reír sin motivo aparente y realizar muecas. A menudo muestran falta de interés y de participación. Hay casos en los que se manifiestan alucinaciones y delirios, aunque esto no es una condición ecuánime en este tipo de esquizofrenia la mayoría de los casos los brotes no son claramente delimitables. Suele comenzar en edades tempranas como es la pubertad, por eso reciben el nombre de esquizofrenias juveniles e incluso hay casos en los que la enfermedad viene de la infancia (psicosis infantil). Los desarrollos hebéfrenicos lentos y desapercibidos por presentar pocos síntomas se califican como esquizofrenia simple. Por la ausencia de síntomas es difícil de reconocerla, (los indicios suelen ser el descuido personal, conductas solitarias…). El pronóstico suele ser desfavorable en comparación con las otras esquizofrenias, debido a la personalidad inmadura del enfermo.
- Esquizofrenia indiferenciada: es un tipo de esquizofrenia en la cual no predomina un síntoma concreto para el diagnóstico, es como la mezcla de los otras anteriores.
- Esquizofrenia residual: en estos casos debe haber habido, por lo menos, un episodio de esquizofrenia anteriormente, pero en el momento actual no hay síntomas psicóticos importantes. Es la fase en la que los síntomas negativos son más evidentes. No se manifiesta en todos los enfermos.
Cuando los síntomas de una esquizofrenia se presentan por primera vez en la vida de una persona y desaparecen por completo después de poco tiempo, se habla e un episodio esquizofrénico o psicótico, en general después de estos episodios no quedan síntomas negativos.
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