Psicólogo en Sevilla – Federico Casado Reina

Disfrutar en vacaciones

Aunque parezca increíble, muchas personas no son capaces de desconectar y disfrutar en vacaciones. La enorme responsabilidad que sienten que cargan sobre ellos les impide disfrutar del tiempo libre.

El mundo actual es muy competitivo y esto induce un estado de estrés que, si bien inicialmente nos impulsa y motiva a permanecer atentos y dar lo mejor de nosotros mismos, de mantenerse continuamente conduce a un descenso de la motivación, rendimiento y de disfrute de la actividad laboral que incluso inducir algún trastorno tal como el burnout (en castellano, «estar quemado»), los trastornos de ansiedad o síntomas depresivos.

Con el fin de evitarlo, al margen de otras consideraciones, consejos y de la aplicación de técnicas de relajación como las de respiración es necesario contar con periodos de descanso en los que poder relajarse tanto física como psicológicamente y desconectar de los problemas cotidianos. Es decir, se hacen necesarias unas vacaciones: un periodo de descanso que resulta de gran utilidad al realizar actividades de recuperación tales como la relajación con el fin de que el individuo pueda abstraerse y descansar de los estresores que tiene en su vida habitual.

En una cultura que parece estar obsesionada con la productividad y la eficacia, se habla demasiado de trabajo y muy poco de vacaciones. Sin embargo, encontrar tiempo para descansar y desconectarse del estrés cotidiano es fundamental, sobre todo para nuestro cerebro. 

Entendidas como recompensa por el esfuerzo realizado, las vacaciones resultan un elemento reforzador de la autoestima y el autoconcepto, además de prevenir la aparición de estrés y otros trastornos. Se trata de un periodo en el que poder hacer actividades que nos resulten placenteras y para las que normalmente no se tiene ocasión, dejando atrás temporalmente las responsabilidades asociadas al cargo, rol o estatus personal y social.

El hecho de disfrutar correctamente de unas vacaciones supone una gran cantidad de beneficios. En primer lugar, en relación al anteriormente mencionado estrés, el periodo vacacional ayuda a relajarse, reparando el organismo de los daños provocados por el aumento de cortisol y la ansiedad.

Asimismo, un buen descanso produce un aumento notable de creatividad, pudiendo dar pie a la formación de nuevas estrategias e ideas que en un entorno estresante no surgirían. Esto es debido a que en los periodos de¿Cómo disfrutar en vacaciones? descanso el cerebro no está inactivo, sino que únicamente deja de centrarse en determinada estimulación, activándose muchas otras áreas de la psique que suelen dejarse de lado.

En este sentido, el desbloqueo mental que produce el descanso provoca una mejora de la capacidad de juicio y decisión, posibilitando el análisis completo de la información disponible y la posterior toma decisiones.

Además, el descanso provoca la liberación de endorfinas y la activación de los circuitos neurales de recompensa, estimulándose la presencia de dopamina y serotonina en el cerebro. Todo ello produce una reducción de ansiedad y esquemas negativos de pensamiento. En conclusión, las vacaciones suponen una vía que provoca la felicidad en aquellos que son capaces de disfrutar del periodo de descanso vacacional.

Como en todas las cosas, necesitaremos un periodo de transición para ir bajando el ritmo de actividad y adaptarnos al nuevo escenario, para luego ir subiendo nuestra actividad según deseemos, sin prisas ni agobios, y planificar qué hacer sin que ello suponga una nueva fuente de angustia y presión. El tiempo libre que tenemos ante nosotros, podemos interpretarlo como una oportunidad para cuidarnos, para curarnos en salud. El lugar al que ir y qué hacer, dependerá de nuestro gusto y circunstancias, pero lo más importante es el cambio de ritmo y la flexibilidad en todo.

Algunas investigaciones con hombres de mediana edad, han constatado que el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias se reduce en un 20% y el de muerte en un 30%, cuando se dispone de un periodo de descanso fijo al año. Todos conocemos personas con éxito en el trabajo y en la vida que no son capaces de desconectar y tomarse unos días de asueto y que lamentable han acabado sufriendo problemas de salud que tal vez podrían haberse evitado.

Varias razones para tomarse unas vacaciones:

  1. Catapulta la creatividad
    Como podrás suponer, mientras trabajamos estamos funcionando en “modo focalizado”, por lo que es normal que después de cierto tiempo nuestro cerebro termine sobresaturado. De hecho, se estima que en la actualidad, entre noticias, redes sociales, mensajes de correo y televisión, consumimos diariamente el equivalente a 174 hojas de periódicos, cinco veces más de lo que asimilábamos en 1986. Ante tanta información, es normal que el cerebro se sature de información. Por tanto, unas vacaciones nos permiten desconectarnos del mundo y dejar que una parte de nuestro cerebro divague, precisamente la encargada de conectar ideas aparentemente inconexas y facilitarnos los insights -esto es, soluciones repentinas a problemas, la famosa «bombilla» que se ilumina-. Por eso, no es sorprendente que las investigaciones apunten que las personas más creativas son precisamente aquellas en las que la red neural por defecto se mantiene más activa.
  2. Nos ayuda a tomar mejores decisiones
    El cerebro trabaja mejor cuando no está sometido a una gran presión, cuando funciona en “modo relajado”. De hecho, se ha demostrado que después de dar paseos relajantes en la naturaleza o incluso luego de una pequeña siesta mejoran nuestros procesos cognitivos, en especial la atención y la memoria. Una vez que hayamos asimilado todos los detalles necesarios, darle vueltas al asunto no siempre nos conduce a tomar la mejor decisión, lo mejor es asumir una distancia psicológica. De hecho, unas vacaciones permiten que nuestra red neuronal por defecto se active e integre la información, ayudándonos a decidir mejor.
  3. Alivia el estrés
    Las vacaciones son el mejor antídoto contra el estrés, una respuesta que se desencadena cuando estamos sometidos a demasiada presión y sentimos que nuestro entorno no es lo suficientemente seguro. En ese momento nuestro organismo comienza a liberar grandes cantidades de cortisol y epinefrina, hormonas que no solo nos preparan para la lucha o la huida sino que, a largo plazo, provocan una respuesta inflamatoria que termina afectando profundamente el cerebro y dando lugar a enfermedades crónicas. Tomar unas vacaciones lejos del estrés del trabajo y la rutina cotidiana nos ayuda a relajarnos, disminuye los niveles de ansiedad y le da a nuestro cuerpo la oportunidad para reparar los daños causados y regenerarse. De hecho, no podemos olvidar que el estrés mata las neuronas e impide que se formen nuevas células nerviosas.
  4. Genera nuevas ideas
    Cualquier descanso es positivo para el cerebro, pero unas vacaciones fuera de casa, en contacto con otras culturas, es como un auténtico masaje cerebral que promueve nuevas ideas. Así lo demuestra un estudio realizado en la Singapore Management University, en el cual también se puntualiza que el grado de creatividad es mayor mientras más dispuestos estemos a profundizar en las nuevas costumbres que encontramos en nuestro destino. Por tanto, no basta con viajar, es necesario explorar el lugar y abrirse a nuevas formas de asumir la vida, con una actitud relajada y libre de juicios. Solo así comprenderemos que no hay una manera “correcta” de hacer las cosas, sino diferentes caminos.
  5. Nos hace más felices
    El estrés crónico contribuye a aumentar los niveles de depresión y ansiedad. De hecho, las personas que no toman vacaciones con regularidad suelen reportar tres veces más depresión y ansiedad que quienes logran desconectar cada cierto tiempo del trabajo. Varios estudios indican que bastan dos semanas de vacaciones para relajarnos y sentirnos mucho más felices. Durante ese tiempo la cantidad de endorfinas que nuestro cuerpo genera es suficiente para contrarrestar el efecto nocivo de las hormonas del estrés.
  6. Incrementa la concentración
    Aunque puede parecer contradictorio, lo cierto es que las vacaciones nos ayudan a mantenernos concentrados. De hecho, el estrés crónico afecta directamente la parte del cerebro relacionada con la memoria y la consecución de los objetivos. Por eso, las personas que trabajan ininterrumpidamente, sin tomar vacaciones, a menudo se sienten bloqueadas y tienen dificultades para concentrarse. Al contrario, al regresar de las vacaciones nos sentimos llenos de energía, nuestra capacidad de reacción aumenta y somos capaces de mantenernos concentrados durante periodos de tiempo más largos.
  7. Aumenta la productividad
    Ser productivos no significa, necesariamente, pasar mucho tiempo trabajando, sino aprovechar esas horas al máximo. Por eso, las empresas más productivas, y también en las que los trabajadores enferman menos, son aquellas en las que los empleados pueden tomarse más días de vacaciones. De hecho, la mayoría de las personas reportan sentirse más satisfechas con su trabajo cuando tienen la posibilidad de irse de vacaciones con cierta regularidad. Esa sensación de satisfacción se revierte en la productividad, creando también un mejor clima laboral.

Por otra parte, es necesario tener en cuenta que el simple hecho de tener vacaciones no es por sí mismo reparador, sino que el descanso proviene del cambio de actividades y formas de pensar en comparación con la situación habitual. De este modo, no todo vale, si no que se debería tener en cuenta algunos elementos que dificultan el verdadero disfrute del periodo vacacional.

En este sentido, un problema común ante la presencia de vacaciones, especialmente si se trata de unas de corta duración, es la programación excesiva. Frecuentemente se tiende a hacer extensos listados de cosas que hacer o visitar. Merece la pena tener en cuenta que más cantidad no equivale a más calidad, ya que saturar el tiempo disponible puede producir aún más estrés.

La hora de dormir también es un problema frecuente. Es habitual ver cómo los individuos tienden a acostarse de acuerdo a un horario estipulado con el fin de aprovechar el tiempo. De nuevo se ha de recordar que el objetivo final es descansar y disfrutar.

Consejos para disfrutar en vacaciones

Disfrutar en Vacaciones (en pareja): cómo evitar conflictos

Tener vacaciones conlleva pasar más tiempo con nuestra pareja y aprovechar para organizar una escapada y pasar así más tiempo juntos. Es la ocasión perfecta para estar a solas sin las interferencias cotidianas del día a día, que en ocasiones impiden la comunicación y afectan a la vida en pareja. Pero si la convivencia ya de por sí es difícil, cuando se trata de pasar todo el día juntos la situación se convierte en una auténtica prueba de fuego para la estabilidad y la durabilidad de una pareja. Estadísticamente, el verano es la época en la que más rupturas se producen, debido a diversos conflictos que derivan de los pequeños roces de esta convivencia tan intensa.

La comunicación, la flexibilidad, la intimidad y una buena organización son la base fundamental de una pareja, ya que sea para pasar unas vacaciones perfectas como para el día a día una vez de vuelta a la vida real, y es importante tenerlas en cuenta de manera constante para tener una relación sana. El verano no cura los problemas que ha traído el invierno y, en ocasiones, debido a la intensa convivencia en vacaciones, estos se agravan.

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